La otra cara de Mustang

A día de hoy, cada vez más las empresas asumen que son entidades públicas y que tienen un rol social que desempeñar, por eso llevan a cabo nuevas acciones de patrocinio con una finalidad diferente a la meramente comercial, si no que son más filantrópicas o solidarias.

Es el caso de Mustang, la famosa marca internacionalmente conocida. Remonta sus inicios a 1961, cuando el fundador, Pascual Ros Aguilar, decidió concentrar todos sus esfuerzos en la creación de una marca de calzado que identificase los valores con los que impregnaba su trabajo. De una fábrica de zapatos vulcanizados establecida en un antiguo gimnasio de Elche, en Alicante, pronto pasó a alcanzar un gran éxito gracias a su creciente comercialización.

Pero Mustang ha dado un giro con la creación de su nueva sede el pasado mes de Junio. Comenzó una renovada etapa para aportar una labor social que agrupa diferentes acciones de apoyo a iniciativas sociales, culturales y solidarias. Esta apuesta por un tipo de patrocinio que no busca como finalidad primordial beneficiarse económicamente, es la que contribuye a mejorar la interacción entre empresa y sociedad. Además refleja la libertad de la empresa de comportarse de una manera cívica, y así devolverle el “favor” a la sociedad.

Para llevar a cabo esta innovadora iniciativa MTNG Experience ha organizado numerosos eventos lúdicos relacionados con la música. Mustang ha establecido relaciones con los festivales más vanguardistas de la escena nacional, como es el caso del Festival Internacional de Benicàssim, que sirven de plataforma de lanzamiento para que los nuevos valores puedan dar salida a sus grandes proyectos. Ha hecho lo mismo con eventos culturales referidos al arte o a la moda, así incorporando estas nuevas iniciativas en su filosofía y personalidad empresarial, podrá por fin verse beneficiada ya no tan solo económicamente, si no que también aumentará su credibilidad como empresa, notoriedad y valor de marca.

Autora: Neus Tatay y Sandra Femenía