Llega Navidad y con ella la decoración lumínica de las calles de cualquier ciudad. Pero este año el presupuesto se reduce para aprovechar el dinero en partidas más importantes para los ayuntamientos. Ante esta medida, muchas asociaciones de comerciantes ven una disminución del atractivo que hace que la gente pasee en esta época y que, muy posiblemente, entre en sus establecimientos y compre.
Ante esta especial situación, el Ayuntamiento de Barcelona ha optado, por segundo año consecutivo, por una opción original y hasta ahora no explotada: el patrocinio de la iluminación de las calles.
Mediante este sistema, el consorcio municipal reduce su participación económica, pero el montante total se mantiene o, incluso, es superior al del año anterior. De este total, 880.000 euros los pondrá el ayuntamiento, 800.000 los comerciantes y 520 los patrocinadores (Endesa, Gallina Blanca y por primera vez, Damm). El alcalde de Barcelona ha insistido en esta inversión no es un gasto más, sino que se trata de una inversión ya que, entre otras cosas, sirve para generar "confianza".
Tanto el ayuntamiento como la Fundació Barcelona Comerç han sido los encargados de encontrar y/o mantener a los patrocinadores, ofreciendo ventajas a cada uno de ellos. Gallina Blanca y Endesa patrocinan la iluminación de diferentes zonas de Barcelona, mientras que Estrella Damm patrocinará los conciertos que se desarrollen en los diferentes espacios públicos de la ciudad, para contribuir a animar las calles en estas fechas.
Otras corporaciones locales españolas han decidido eliminar la iluminación navideña a causa de la imposibilidad de pagarla con dinero público (es el caso de El Puerto de Santa María, en Cádiz) o reducir el presupuesto considerablemente (30% en Madrid y 40% en Valencia).
La iniciativa de Barcelona inicia una nueva vía todavía sin exportar, que puede resultar muy beneficiosa para los ayuntamientos (dedican menos dinero a la iluminación navideña), las empresas patrocinadoras (logran notoriedad, presencia en las calles y cercanía a la población) y los ciudadanos (siguen viendo la ciudad igual de iluminada que antes de la época de crisis).
Ante esta especial situación, el Ayuntamiento de Barcelona ha optado, por segundo año consecutivo, por una opción original y hasta ahora no explotada: el patrocinio de la iluminación de las calles.
Mediante este sistema, el consorcio municipal reduce su participación económica, pero el montante total se mantiene o, incluso, es superior al del año anterior. De este total, 880.000 euros los pondrá el ayuntamiento, 800.000 los comerciantes y 520 los patrocinadores (Endesa, Gallina Blanca y por primera vez, Damm). El alcalde de Barcelona ha insistido en esta inversión no es un gasto más, sino que se trata de una inversión ya que, entre otras cosas, sirve para generar "confianza".
Tanto el ayuntamiento como la Fundació Barcelona Comerç han sido los encargados de encontrar y/o mantener a los patrocinadores, ofreciendo ventajas a cada uno de ellos. Gallina Blanca y Endesa patrocinan la iluminación de diferentes zonas de Barcelona, mientras que Estrella Damm patrocinará los conciertos que se desarrollen en los diferentes espacios públicos de la ciudad, para contribuir a animar las calles en estas fechas.
Otras corporaciones locales españolas han decidido eliminar la iluminación navideña a causa de la imposibilidad de pagarla con dinero público (es el caso de El Puerto de Santa María, en Cádiz) o reducir el presupuesto considerablemente (30% en Madrid y 40% en Valencia).
La iniciativa de Barcelona inicia una nueva vía todavía sin exportar, que puede resultar muy beneficiosa para los ayuntamientos (dedican menos dinero a la iluminación navideña), las empresas patrocinadoras (logran notoriedad, presencia en las calles y cercanía a la población) y los ciudadanos (siguen viendo la ciudad igual de iluminada que antes de la época de crisis).
Autor: Inés Bartual
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